Yo, logopeda.

Cuando acabé el bachillerato tenía nota para estudiar lo que quisiera. Siempre he sido buena estudiante. De letras. Puras. Tenía claro desde siempre que quería estudiar periodismo. En los últimos días de bachillerato, algunos, visitamos facultades de Valencia junto con nuestro tutor (que además era mi profesor de Lengua y Literatura). Que buen recuerdo guardo de la enseñanza de ese hombre.
Pues bien, esas visitas lo cambiaron todo. Recuerdo aquel:
“¿Sandra, quieres que visitemos la facultad de psicología? Allí se estudia Logopedia y creo que es una carrera hecha a tu medida. Son ciencias de la salud, no te asustes. Pero tu enseñarás a tus futuros pacientes todo lo referente al lenguaje y comunicación en todos sus ámbitos.”

Y hasta hoy. Hace ya más de 14 años. Me fascinó. Supe que aquel era mi sitio. Aparqué la idea del periodismo y me embarqué en los estudios que marcarían mi vida. Eso sí, puse dos opciones en la matricula y la segunda fue periodismo (por si me quedaba fuera de la logopedia).
Y así y tras trabajar en varios sitios, para la junta de Andalucía, para clínicas privadas, a domicilio, hospitales, dirigir clínicas y espacios que no eran míos y muchas muchas prácticas gratis, entre otras, he llegado a LATYR. Mi sitio, mi clínica, mi tercer hijo.
Jamás he dejado de estudiar. Siempre llevo algo entre manos, siempre hay una formación interesante o un máster más. Cuando venís a las entrevistas os digo que tengo más títulos que la duquesa de Alba. Y así es. Siempre digo “este es el último”.
Me apasiona mi trabajo, amo lo que hago. Disfruto dando pautas a las familias, acompañando y guiando. Las altas y los avances de los largos tratamientos de mis pacientes son la recompensa y la mayor satisfacción que una profesión te puede dar.
Y ojo, porque soy Logopeda. Sanitaria. Si. Sanitaria. Hoy en día decir que eres sanitaria con la que está cayendo… Piensan que eres enfermera o médico. Pero no. Soy LOGOPEDA.
Los logopedas no estamos nada (o casi nada) reconocidos en el sistema público. Mal pagados, mal mirados por los colegios donde prefieren otras profesiones etc. Pero sanitara. Los logopedas somos los grandes olvidados en muchos sitios. Somos “los de los pies”, “los de las erres”, “los que enseñamos a hablar a niños que no saben” y poco más. Pero para nada es así. Somos todo eso y mucho más que os explicaré en una siguiente entrada.



